jueves, 26 de marzo de 2015

DON QUIJOTE EN GALISTEO


DON QUIJOTE EN GALISTEO.

Una tarde de invierno, don Quijote con su fiel corcel y su compañero Sancho viajaban por la Ruta de la Plata. Pero entre la lluvia y el granizo se perdieron por el camino. Horas y horas se pasaron deambulando hasta que el audaz olfato de Sancho rastreó un olor a comida. Guiados por su instinto llegaron a un pueblo con una hermosa muralla y una luminosa Picota.
En su interior se organizaba una gran fiesta. Bailes, juegos e historias vitoreaban sus habitantes mientras saltaban alrededor de una hoguera. El pueblo se llamaba Galisteo. Galisteo, buena vista y mal deseo. Comida y bebida le ofrecieron y cobijo les dieron. Don Quijote y Sancho quedaron enamorados de sus habitantes, de su amabilidad y sobre todo de su majestuosa muralla. Don Quijote miró a Sancho y le dijo: En un lugar de Extremadura, de cuyo nombre siempre me acordaré, Galisteo, es el pueblo del cual mis historias narraré.
Irene Ballinoto Barco.

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